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Bacteriólogo Clínico e Industrial.MTN:3633..MP:3249

miércoles, 29 de febrero de 2012

Argentina 3 - Suiza 1

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El manejo de los residuos sanitarios en un Hospital de la Región de la Emilia - Romagna, Italia. Parte 1-A--

>fuente faba informa:
Bioseguridad y elementos de protección
María Constanza Munitis
Licenciada en Biología (Orientación Ecología) UNLP
Responsable del Área de Gestión Ambiental. BIOSEGA - FBA


 Vehículos especiales para transporte interno de residuos sanitarios (Italia)

Con el objeto de continuar con el relevamiento de modelos de gesti ón de residuos de establecimientos de salud, la Licenciada María Constanza Munitis, Responsable del Área Gestión Ambiental de BIOSEGA, realizó una pasantía en el Hospital de Ravenna perteneciente a la Región de la Emilia-Romagna, Italia.
En el presente artículo se describe el marco normativo y las fases de manejo en lo que respecta a los residuos patogénicos clasificados según la normativa italiana como residuos peligrosos con riesgo infeccioso.
Consideraciones previas

El Hospital de Ravenna está ubicado en la ciudad de Ravenna, provincia de Ravenna dependiente de la Región Emilia-Romagna, Italia. La cantidad de habitantes en Ravenna es de aproximadamente 100.000 personas.
El establecimiento de salud es un hospital de agudos público que depende de la unidad sanitaria local de Ravenna. Ha iniciado su actividad en el año 1293, tiene una disponibilidad de 600 camas y la cantidad de personal que trabaja es de 1800 personas aproximadamente.
Al igual que los establecimientos de salud de la República Argentina, el Hospital de Ravenna tiene tercerizado el servicio de recolección, transporte y tratamiento de residuos.
Clasificación de residuos - Catálogo Europeo de Residuos

En Europa los residuos se clasifican en 5 categorías: urbanos, sanitarios, sanitarios infecciosos, peligrosos y radioactivos.
Cada tipo de residuos está definido específicamente mediante un código de seis cifras reagrupadas de dos en dos, y listada en el Catálogo Europeo de Residuos (CER). Los residuos peligrosos son además señalados con un asterisco *
Este Catálogo es único para todos los países de la Unión Europea y permite identificar la procedencia, naturaleza y peligrosidad del residuo.
Según la descripción del Catálogo CER en el sector sanitario (Ver cuadro Nº 1) corresponden para los residuos peligrosos con riesgo infeccioso los códigos 18.01.03* y 18.02.02*.
  • CUADRO Nº 1.- Catálogo CER en el sector sanitario

18
Residuos de servicios médicos o veterinarios o de investigación asociada (excluidos residuos de cocina y restaurantes que no son de procedencia
directa de cuidados sanitarios). 
18.01Residuos de maternidades, diagnóstico, tratamiento o prevención de enfer- medades humanas. 
18.01.03*Otros residuos cuya recogida y eliminación es objeto de requisitos especia- les para prevenir infecciones.
18.02Residuos de la investigación, diagnóstico, tratamiento o prevención de en- fermedades de animales. 
18.02.02*Otros residuos cuya recogida y eliminación es objeto de requisitos especia- les para prevenir infecciones.

martes, 28 de febrero de 2012

LW1EGD

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TROMBOSIS: conocerla para evitarla

>Fuente faba informa
El Comité de Redacción de Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana ha seleccionado este artículo publicado en INDUSTRIA Y QUÍMICA - Número 357 - Mayo 2008, para su difusión a través de FABA Informa

I.L. Quintana, A.M. Lauricella, M.M. Castañon, V. Genoud,
B. Sassetti, L.C. Kordich*
Laboratorio de Hemostasia y Trombosis.
Departamento de Química Biológica. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires.
Iht@qb.fcen.uba.ar
El interés de la ciencia se ha basado en proveer el bienestar del hombre. En este sentido, la prolongación de la vida y el estado de salud han sido motivos de preocupación que han impulsado a la investigación hacia la prevención y el tratamiento de las enfermedades.
Una de las principales causas de morbi-mortalidad en el mundo moderno la constituyen las enfermedades vasculares oclusivas, tales como la aterosclerosis y la trombosis, causas principales de la enfermedad cardiovascular.
A medida que aumenta la expectativa de vida del hombre, mayor es la responsabilidad de los eventos vasculares oclusivos en causar su muerte o discapacitarlo. Por lo tanto, es muy importante y necesario establecer medidas de prevención adecuadas, métodos de diagnóstico y una terapéutica eficiente. Para llevar a cabo estos objetivos es prioritario conocer los mecanismos fisiopatológicos que conllevan a la enfermedad y establecer los factores de riesgo asociados a la misma. Precisamente, éstos han sido puntos de interés del Laboratorio de Hemostasia y Trombosis, desde de su formación en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
La hemostasia es un proceso que involucra diversos mecanismos que tienen como función mantener la fluidez de la sangre y la integridad vascular. Es así que cuando ocurre una lesión en un vaso sanguíneo el sistema hemostático es el responsable de evitar una hemorragia excesiva. En realidad, el primer mecanismo que se pone en marcha es el de la vasoconstricción y simultáneamente se inician una serie de procesos que conducen a la formación del tapón hemostático, constituido por el tapón plaquetario y por el coágulo de fibrina, localizado en el sitio de la lesión. El sistema hemostático no sólo provee los mecanismos para formar el coágulo sino que, además, controla y limita la extensión del mismo. Una vez detenida la pérdida de sangre, el sistema también regula los procesos responsables de la reparación del vaso dañado y la posterior disolución de los depósitos intravasculares de fibrina, para lograr la recuperación de la integridad vascular. Para llevar a cabo esta función tan compleja, intervienen diversos componentes interrelacionados tales como: la pared vascular, las plaquetas, el sistema de coagulación, el sistema fibrinolítico y los inhibidores fisiológicos tanto de la coagulación como de la fibrinolisis. Además, en la función hemostática también intervienen, indirectamente, otros sistemas enzimáticos (tales como el sistema complemento, calicreínas-quininas y renina-angiotensina), factores reológicos (como velocidad y viscosidad de la sangre) y células sanguíneas (leucocitos y eritocitos). Cuando existen alteraciones cuali o cuantitativas de alguno o de varios de los factores mencionados, puede modificarse el delicado equilibrio de la hemostasia y producirse eventos extremos y contrapuestos como son la hemorragia y la trombosis. Esta última ha sido el objetivo general del trabajo de investigación de nuestro laboratorio.
Actualmente la trombosis es considerada una patología multicausal resultante del efecto de factores genéticos y adquiridos que interactúan entre sí. Se ha avanzado notablemente en el conocimiento de este tema, pero en algunos casos aún no puede explicarse la patogénesis del episodio trombótico. En la investigación de condiciones asociadas a un incremento de la enfermedad aterotrombótica se describieron factores predisponentes tales como dislipidemia, hipertensión, diabetes, tabaquismo, obesidad, stress, alteraciones en los sistemas de coagulación y fibrinolítico, etc.



A partir de la década del ‘90 se realizaron importantes estudios epidemiológicos a nivel internacional, que establecieron que niveles elevados de homocisteína en la circulación sanguínea (hiperhomocisteinemia) constituyen un factor de riesgo independiente para la enfermedad aterotrombótica, y en particular para la enfermedad cardio y cerebrovascular [1, 2]. Sin embargo, aún existen discrepancias al respecto, ya que algunos investigadores cuestionan esa afirmación y plantean que la hiperhomocisteinemia no sería el agente responsable del riesgo cardiovascular, sino un marcador asociado a dicho riesgo. Con el fin de dilucidar esta disyuntiva, están en curso estudios clínicos prospectivos y randomizados de intervención terapéutica (ácido fólico combinado con vitamina B12 y/o vitamina B6) para evaluar si el descenso de los niveles plasmáticos de homocisteína disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular.
La homocisteína es un aminoácido, producto intermediario del metabolismo de la metionina, que no forma parte de proteínas naturales. Cuando el metabolismo de la homocisteína se encuentra alterado la concentración intracelular de la misma es potencialmente tóxica y el aminoácido es exportado fuera de la célula y pasa a circulación. Aún no hay consenso internacional para establecer valores de referencia para la concentración de homocisteína plasmática, aunque la mayoría de los estudios proponen que los niveles de homocisteína superiores a 12 ?M se asocian con un aumento significativo del riesgo de enfermedad cardiovascular [3, 4].
Con el objeto de dilucidar los mecanismos fisiopatológicos involucrados en la acción perjudicial de la homocisteína, diversos grupos de investigación han realizado experiencias in vitro, ex vivo y en modelos animales. Se ha postulado que la homocisteína podría incrementar el estrés oxidativo (por la generación de peróxido de hidrógeno, radicales hidroxilos y superóxidos), limitar la biodisponibilidad de óxido nítrico, estimular la proliferación de células de músculo liso, alterar las propiedades elásticas de la pared vascular, etc. Estos hallazgos sugieren que los niveles aumentados de homocisteína provocarían disfunción endotelial, con la consecuente activación plaquetaria y de los sistemas de coagulación, fibrinolisis y sus inhibidores fisiológicos [5]. Sin embargo, los mecanismos involucrados aún no están totalmente esclarecidos.
Conocer los diversos aspectos de los problemas de salud resultantes de la hiperhomocisteinemia ayudará a la prevención de los mismos. En este sentido es importante la actualización del tema y su difusión tanto a nivel científico como de divulgación general. Principalmente deben darse a conocer las respuestas a los siguientes interrogantes: ¿cómo prevenir la hiperhomocisteinemia?, ¿cómo y dónde diagnosticarla? y ¿cuál es el tratamiento adecuado? Ante la importancia del tema y el planteo de numerosos interrogantes sin resolver, es que nuestro grupo de laboratorio emprendió una línea de investigación en el área abarcando diversos aspectos, destacándose a continuación los principales resultados.
Inicialmente, fue prioritario disponer de un método analítico accesible y confiable para evaluar los niveles de homocisteína en diversos grupos poblacionales. Con este fin se realizó la validación de una técnica de ELISA (Enzyme Lynked Immuno Sorbent Assay) que, si bien se disponía comercialmente, no existían reportes internacionales que avalaran sus resultados. El estudio demostró que esta técnica permite determinar la concentración de homocisteína plasmática, obteniendo resultados
reproducibles, confiables y equivalentes a los determinados por el método de referencia (HPLC: High Performance Liquid Chromatography) [6].
Disponiendo de la metodología de evaluación de homocisteína se analizó la concentración plasmática de homocisteína en la población sana de Buenos Aires. Losresultados mostraron que para la población entre 3 y 59 años los valores de homocisteinemia están comprendidos entre 5,0 y 19,2 ?M. El análisis en grupos etáreos extremos mostró que para los neonatos los valores resultaron entre 1,2 y 11,6 ?M, mientras que para sujetos mayores de 60 años fueron entre 6,0 y 30,0 ?M. Estos resultados, sin embargo, no deben considerarse como valores de referencia, teniendo en cuenta que los datos obtenidos revelan una elevada prevalencia de hiperhomocisteinemia y sugieren deficiencias vitamínicas subclínicas (vitamina B12 y de ácido fólico), probablemente asociadas a los hábitos alimentarios de nuestra población. Además, se demostró que la homocisteinemia aumenta con la edad y es mayor en los hombres que en las mujeres [7, 8].
Como se ha comentado, la homocisteinemia es la resultante del efecto directo y de la interacción de factores genéticos y adquiridos. Pacientes con restricción de ingesta de vegetales verdes (con alto contenido de folatos), evidenciaron un déficit importante de ácido fólico intraeritrocitario y un aumento significativo en los niveles de homocisteína respecto a los individuos sin restricción dietaria [9]. Además, se demostró que la ingesta de una dieta que aporte 400 ?g de ácido fólico por día, disminuye significativamente los niveles de homocisteína plasmática [10].
Respecto al efecto de alteraciones genéticas sobre la homocisteinemia se estudió el polimorfismo C677T de la metilentetrahidrofolato reductasa (MTHFR). La prevalencia del polimorfismo de la MTHFR en la población de la República Argentina resultó CC 41,4%; CT 42,8% y TT 15,8% [11]. Por otro lado, se observó que lo niveles
de homocisteína aumentarían sólo cuando la mutación está presente en individuos homocigotas, aunque la presencia de esta variante termolábil no resultó factor de riesgo independiente para la trombosis venosa, ni aún en homocigosis.
Por lo tanto, determinar homocisteinemia permite detectar la presencia de un factor de riesgo aterotrombótico y probables deficiencias vitamínicas, mientras que la identificación del genotipo homocigota para la MTHFR advierte acerca de un factor genético condicionante de hiperhomocisteinemia [12].
Teniendo en cuenta que el riesgo de enfermedad vascular aumenta gradualmente con el incremento de los niveles plasmáticos de homocisteína sin observarse un claro valor umbral, y que la hiperhomocisteinemia es altamente prevalente en la población general, es importante establecer un valor de referencia. El límite superior considerado inicialmente fue 15 ?M, pero en base a numerosos estudios epidemiológicos en poblaciones sanas, se han propuesto valores menores. Para establecer un valor de corte de homocisteinemia, realizamos un estudio caso-control en pacientes con trombosis venosa e individuos sanos. Basados en nuestros resultados, determinamos que la hiperhomocisteinemia constituye un factor de riesgo independiente para la trombosis venosa, siendo el riesgo trombótico asociado mayor en hombres que en mujeres, proponiendo un valor de corte de 12 ?M [13].
Se investigaron los posibles efectos que la homocisteína podría ejercer sobre diversos componentes del sistema hemostático en experiencias in vitro y ex vivo. En presencia de homocisteína se obtuvieron redes de fibrina, compactas, con fibras cortas, gruesas y muy ramificadas. El grupo tiol de la homocisteína estaría involucrado en estos efectos [14]. Además, las redes de fibrina obtenidas en presencia de homocisteína resultaron más resistentes a la lisis con u-PA (activador del plasminógeno de tipo urinario) [15]. La permanencia prolongada de la fibrina en el compartimiento vascular favorecería el desarrollo de eventos trombóticos.
Consideramos que los resultados de nuestros trabajos pueden contribuir al esclarecimiento de algunos de los mecanismos responsables de la relación de la hiperhomocisteinemia con la enfermedad vascular. En la medida que se conozca el verdadero rol de la hiperhomocisteinemia se justificará la implementación de su diagnóstico y tratamiento. Cabe destacar que la terapeútica para disminuir los niveles de homocisteína es sencilla, económica y segura. Consiste en la suplementación vitamínica con ácido fólico, vitamina B12 y/o vitamina B6.
Si se demuestra que el descenso de la concentración plasmática de homocisteína reduce el riesgo cardiovascular, el impacto potencial para la salud pública sería muy importante considerando la alta incidencia de las enfermedades cardiovasculares en las sociedades actuales. Por lo tanto, el conocimiento en el sentido más amplio, de los factores de riesgo asociados a la enfermedad vascular oclusiva, permitirá implementar medidas de prevención para disminuir la morbi-mortalidad de la población, con el consecuente beneficio socioeconómico para la comunidad.
Referencia bibliograficas
[1] M.R. Malinow, S.S. Kang, L.M. Taylor, et al. Circulation. 1989, 79, 1180-1188.
[2] A. D' Angelo, J. Selhub. Blood. 1997, 90, 1-11.
[3] J. Ubbink, P. Becker, W.J. Hayward Vermaak, R. Delport. Clin Chem. 1995, 41(7), 1033-1037.
[4] K. Rasmussen, J. Moller, M. Lyngbak, A. Pedersen, L. Dybkjaer. C/in Chem.1996, 42(4), 630-636.
[5] A. Coppola, G. Davi, V. De Stefano, F.P. Mancini, A.M. Cerbone, G. Di Minno. Semin Thromb Hemost. 2000, 26(3), 243-254.
[6] I. Quintana, D. Freeman, C. Galarza, A. Murúa, J. Spence, L. Kordich. Blood Coagul Fibrinolysis. 2000, 11, 235-238.
[7] I. Quintana, M. Castañon, A. Murúa, L. Kordich. Hematología. 2002, 6(1), 2-7.
[8] J. Janson, A. Murúa, I. Quintana, C. Galarza, P. Pzygoda, G. Waisman, L. Cámera, M. O'Flaherty, L. Kordich, M. Morales, M. Cámera. Am J Hypertension. 2002, 15(5), 394-397.
[9] A. Murúa, I. Quintana, C. Galarza, J. Alfje, L. Kordich. Blood Coagul Fibrinolysis. 2001, 12, 79-80.
[10] A. Murúa, I. Quintana, J. Janson, M. Batista, M. Cámera, L. Kordich. Thromb Res. 2000, 100(6), 495-500.
[11] V. Genoud, M. Castanon, J. Annichino-Bizzacchi, J. Korin, L. Kordich. Thromb Res. 2000, 100(3), 127-131.
[12] M. Castañon, A. Lauricella, V. Genoud, I. Quintana. Acta Bioquim Clín Latinoam. 2006, 40(3), 335-339.
[13] M. Castañon, A. Lauricella, L. Kordich, I. Quintana. Clin Chem Lab Med. 2007, 45(2), 232-236.
[14] A. Lauricella, I. Quintana, L. Kordich. Thromb Res. 2002, 107, 75-79.
[15] A. Lauricella, I. Quintana, M. Castañon, B. Sassetti, L. Kordich. Blood Coagul Fibrinolysis. 2006, 17, 181-186.



lunes, 27 de febrero de 2012

A 200 Años

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Doscientos años de historia porteña - Parte II-C- Los residuos sólidos urbanos LAS TRES ERRES: REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR

>fuente FabaInforma

La noción que se sintetiza en la expresión tres erres es promover cambios en algunos hábitos cotidianos con el fin de utilizar los recursos de una manera más racional y llevar al mínimo la generación de residuos. Cada erre tiene un significado preciso, pero frecuentemente esos conceptos se usan de manera equivocada como sinónimos.
• Reducir significa disminuir la cantidad de residuos generados evitando utilizar o gastar lo innecesario. Por ejemplo, utilizar ambas caras de la hoja de papel al imprimir, usar menos bolsas de plástico, evitar los productos con excesivo embalaje o descartables, apagar luces, cerrar canillas, etcétera.
• Reutilizar significa aprovechar cosas que consideramos desechos para volver a emplearlas con el mismo fin o con uno distinto. Por ejemplo, envasar nuevos elementos en frascos, latas y cajas que contenían productos diversos; o almacenar agua que proviene de una canilla que gotea, y en ese momento no se puede reparar, para más tarde regar plantas.
• Reciclar significa aprovechar los restos de un producto como materia prima para fabricar otros. Este proceso es generalmente industrial y para que ocurra es necesario que los residuos potencialmente reciclables se dispongan por separado, para facilitar su recuperación e ingreso en el circuito de reciclaje (tarea que en su mayoría realizan los cartoneros o recuperadores).
Los próximos doscientos años

A lo largo de los doscientos años comentados, la Ciudad de Buenos Aires acompañó la tendencia mundial en el incremento del volumen y la variedad de los residuos domiciliarios, lo mismo que en la utilización de productos de reducida vida útil elaborados a partir de hidrocarburos y madera que son recursos no renovables o de muy lenta velocidad de renovación.
La sociedad también avanzó en la comprensión de las consecuencias de la actividad humana sobre los recursos naturales y sobre el ambiente que nos rodea. En el caso particular de los residuos domésticos, está entendiendo que tanto su generación excesiva como su manejo inadecuado contaminan el aire, el suelo y el agua, y que también generan marginación social.
Las tecnologías y el marco regulatorio evolucionaron acompañando los cambios en la percepción del problema y, en la actualidad, no consideramos los residuos domésticos exclusivamente como algo que debe ocultarse y eliminarse lo más rápido posible. Vamos tomando conciencia de que debemos eliminar residuos a menor velocidad, y que debemos enterrar o quemar sólo cierto tipo de residuos.
Los caminos que hemos comenzado a transitar implican cambios de hábitos que trascienden la forma en que disponemos de los residuos e incluyen una más cuidadosa elección de la cantidad y del tipo de productos que consumimos. Incluyen también la noción de que quienes fabrican productos deben hacerse cargo de la disposición de sus residuos, sobre todo de aquellos que son contaminantes, y quienes los usan deben proceder de conformidad.
El desafio actual y para los próximos años es que los porteños -población y gobiernos- cumplamos y exijamos el cumplimiento de las disposiciones legales ya vigentes, que nos permitirían vivir en un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano de las generaciones presentes y futuras.
No es un desafío menor y se presenta para la comunidad entera, aunque su éxito dependa de la suma de las acciones individuales. Será necesario compromiso y voluntad de entender el problema, y esfuerzo por descifrar y controlar los diversos intereses individuales, políticos y económicos que promuevan el consumo de bienes y servicios superfluos.
Si bien lo anterior es aplicable a cualquier sociedad y a cualquier territorio, tiene algunas características especiales en Buenos Aires, cuya extensión geográfica es limitada y le impide disponer de espacio para rellenos sanitarios. De ahí que las tres erres -reducir, reutilizar y reciclar- parecen en este momento la mejor orientación estratégica para que los porteños miremos con optimismo los próximos doscientos años. CH

Fuentes:
Buenos Aires, De Luca M, Giorgi N, Elena Guaresti ME, Ferreyra J, Gudewort A y Meneguzzi A, ‘Evolución de la calidad de los residuos sólidos urbanos (1972-2005)’, 15º Congreso Argentino de Saneamiento y Medio Ambiente, 3 de mayo de 2006. Valparaíso, ‘Estudio. Caracterización de la composición de residuos domiciliarios en la Región Metropolitana. Informe final’, Comisión Nacional de Medio Ambiente, Chihuahua, Gómez G, Meneses M, Ballinas L, Castells F, 2009, ‘Seasonal characterization of municipal solid waste (MSW) in the city of Chihuahua, Mexico’, Waste Management, 29:2018-2024. Barcelona, Consorci Área Metropolitana de Barcelona (AMB),http://www.amb.cat/web/emma/residus/generacio. Londres, Waste Composition Scoping Study. Greater London Authority http://legacy.london.gov.uk/mayor/strategies/waste/docs/waste_composition_scoping_study.rtf. Bogotá, Zafra CA, ‘Metodología de diseño para la recogida de residuos sólidos urbanos mediante factores punta de generación: sistemas de caja fija (SCF)’, II Simposio I Iberoamericano de Ingeniería de Residuos. Barranquilla. Santiago de Chile, Velásquez Cisternas, ‘Gestión de residuos sólidos domiciliarios en Santiago de Chile’, Asociación Argentina de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente. Quebec, Bladé MD, ‘La gestion des déchets solides ménagers par une approche de gouvernance locale:
Cas de Cotonou’, http://www.usherbrooke.ca/observatoire/docnouvelles/journee2/dbalde.pdf
Los autores, que integran el programa MIRA, agradecen la ayuda de Alicia Montoya (cooperativa El Álamo), Pedro Faedo (Instituto Argentino del Envase), Sara Torres Corbalán y Alicia Álvarez (Centro de Documentación del CEAMSE) Silvia Texidor; Carolina Mutti y Valeria Serafini (Dirección General de Estadística y Censos del Ministerio de Hacienda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires), María Eugenia Villa y Juan Manuel Zeitler (Biblioteca de la Legíslatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y a todos los miembros del programa MIRA por promover el espacio de reflexión que permitió elaborar este artículo. 


Lecturas sugeridas


- PRIGNANO A, 1998, Crónica de la basura porteña. Del fogón indígena al cinturón ecológico, Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, Buenos Aires.
- SCHAMBER PJ y SUÁREZ FM, 2002, ‘Actores sociales, cirujeo y gestión de residuos. Una mirada sobre el circuito informal del reciclaje en el conurbano bonaerense’, Realidad Económica, 190.
- SUÁREZ FM, RODRIGUEZ M, CARRÉ MN e IULITA A, 2004-2009, ‘Gestión de Residuos sólidos urbanos’, en AA.VV., Atlas ambiental de Buenos Aires, Museo Argentino de Ciencias Naturales (Conicet) y Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (UBA), en internet (marzo de 2010) en http://www.atlasdebuenosaires.gov.ar
Otras fuentes en internet

- LEY DE BASURA CERO:
ttp://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/med_ambiente/coordinacion/rel
_institucionales/archivos/ley _1854.pdf
- SUÁREZ FM, 1998, ‘Breve historia de la gestión de residuos sólidos en la ciudad de Buenos Aires’, en (marzo de 2010) http://www.naya.org.ar/miembros/congresos/contenido/laplata/LP3/38.htm
MIRA, programa de manejo integral de residuos. Una contribución de la universidad
La enorme producción de residuos domésticos en las grandes ciudades conforma una de las preocupaciones ambientales más importantes de la sociedad actual. Esa preocupación no sólo se origina en la necesidad de encontrar sitios apropiados, cada vez más escasos, donde depositarlos sino, también, de reducir el consumo de recursos naturales usados para envases y otros propósitos.
En este contexto, en la Facultad de Agronomía de la UBA se creó en 2008 el programa MIRA, para promover la conciencia y el cuidado del ambiente, la reducción del consumo de ciertos materiales y el manejo racional de los residuos domésticos. MIRA busca motivar e instruir a los miembros de su comunidad de influencia acerca de medidas prácticas para consumir productos menos contaminantes, reutilizar y reciclar parte de los residuos y disponer de manera clasificada los restantes. Este programa fue iniciativa de una veintena de estudiantes, docentes y personal técnico, fue avalado por el Consejo Directivo y hoy es una de las acciones de extensión de la Facultad de Agronomía.
Sus actividades centrales se concentran en (1) la aplicación dentro de la Facultad, de la separación de los residuos en origen y su recolección diferenciada por parte de una cooperativa de recuperadores urbanos; (2) el dictado de charlas Informativas sobre manejo de residuos y consumo sustentable en escuelas y asociaciones barriales, y (3) la comunicación directa con los vecinos que utilizan el parque de la Facultad para recreación, mediante un stand abierto los sábados por la tarde. La mayoría de estas acciones fueron diseñadas y son ejecutadas por estudiantes de la licenciatura en ciencias ambientales, bajo la guía de personal académico.
El programa MIRA es una forma de cumplir con la misión de la universidad de contribuir a mejorar la calidad de vida de la población y constituye una valiosa experiencia formativa, que trasciende el ámbito del aula o del laboratorio, para los estudiantes que participan en ella.
AUTORES


María Semmartín

Doctora en ciencias agropecuarias, UBA, Profesora adjunta en la cátedra de Ecología, Facultad de Agronomía, UBA. Investigadora adjunta del Conicet.
semmartin@agro.uba.ar


Laura Amdan

Estudiante de ciencias ambientales, Facultad de Agronomía, UBA.
Mariano Fredes
Estudiante de ciencias ambientales, Facultad de Agronomía, UBA.
Nadia Mazzeo
Estudiante de ciencias ambientales, Facultad de Agronomía, UBA.
Ayudante de la cátedra de Botánica Agrícola, Facultad de Agronomía, UBA.
Verónica Pierini
Estudiante de ciencias ambientales, Facultad de Agronomía, UBA.
Ayudante en la cátedra de Edafología Facultad de Agronomía, UBA.
Josefina Uijt Den Bogaard
Estudiante de ciencias ambientales, Facultad de Agronomía UBA.
Laura Ventura
Estudiante de ciencias biológicas FCEYN, UBA. Técnica-asistente en la cátedra de Ecología, Facultad de Agronomía, UBA.
Jimena Vogrig
Estudiante de ciencias ambientales, Facultad de Agronomía, UBA, Ayudante en la cátedra de Microbiología, Facultad de Agronomía, UBA.

domingo, 26 de febrero de 2012

Malvinas: sin solución pero con salida.

>Ing. Alberto Ford albertoford42@yahoo.com.ar La Plata, 22 de febrero de 2012
.Leer Art.:http://actividadpoliticadanielpensa.blogspot.com/

Agua Potable X Oro

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Doscientos años de historia porteña - Parte II-B-¿Que es un Relleno Sanitario?

>Fuente Faba Informa

Se denomina relleno sanitario a la técnica de disposición final de residuos sólidos en terrenos destinados a ese fin de una manera que evite perjuicios al ambiente y a las personas. Consiste en depositarlos en una fosa cuya base está recubierta por una capa de tierra de baja permeabilidad y una membrana impermeable flexible para completar el sellado hidráulico.
Los desechos se compactan para disminuir su volumen y facilitar su descomposición. Una vez completamente llena, la fosa se recubre con una capa de suelo arenoso y con otra de suelo arcilloso, que dificultan el ingreso de agua de lluvia, evitan la emanación de olores y proliferación de insectos y roedores, y posibilitan la descomposición sin presencia de aire (anaeróbica) de los residuos. Por último se siembra vegetación, por lo general césped.
Los rellenos sanitarios deben ser controlados en forma permanente por la posibilidad de que se produzca una contaminación del aire, el agua o el suelo. Para eso están dotados de sistemas de captación de gases (por ejemplo, metano producido por fermentación), que pueden ser tratados y quemados en forma controlada. Esa combustión permite aprovechar energía, además de reducir el efecto invernadero, pues el dióxido de carbono así liberado a la atmósfera lo provoca en menor medida que el metano.
Los lixiviados o líquidos producidos por la descomposición de desechos orgánicos y la infiltración del agua de lluvia se transportan a plantas de tratamiento para ser depurados y llegar a un efluente que no sobrepase los límites permitidos de contaminación.
Los aspectos críticos de los rellenos sanitarios son la disponibilidad de sitios apropiados, el riesgo de contaminación de la napa freática por paso de los lixiviados a través de fisuras en la capa impermeable y la emisión de gases de efecto invernadero.

1. El área se divide en módulos. Los camiones circulan por terraplenes hasta el módulo que se está llenando.
2. Extracción de líquidos: los efluentes deben ser retirados para su tratamiento.
3. Gases: la descomposición de la basura produce gases que deben ser eliminados por venteo.
4. Pozo de control: se utiliza para tomar muestras de agua de la napa.
5. Impermeabilización: debe realizarse para evitar la filtración de líquidos a las napas. La base se recubre con polietileno de alta densidad.
6. Napa freática.

 Recuperadores de la cooperativa El Álamo descargando material para clasificar en su planta de clasificación en el barrio porteño de Villa Pueyrredón. Foto Ignacio Di Toma Mues, 2009
En los últimos años el CEAMSE ha puesto en práctica dos sistemas adicionales de recuperación de materiales, cuya incidencia, si bien pequeña en volumen, contribuye a mejorar el aprovechamiento del relleno. Uno es disponer de galpones de separación en sus propias instalaciones, en los que unos cuatrocientos recuperadores clasifican materiales que recolectan algunos servicios diferenciados del norte del Gran Buenos Aires. El otro es permitir, durante dos horas al día, que un grupo importante de recuperadores procese directamente -y sin medidas especiales de seguridad personal- los residuos que depositan los camiones. Esta práctica surgió de una larga negociación entre la empresa y los recuperadores que, hasta ese momento, entraban de manera ilegal en el predio del CEAMSE.

La situación en otros lugares del mundo 

La gigantesca generación de residuos es un fenómeno universal. Otras ciudades comparables generan volúmenes per cápita similares o incluso superiores a los de Buenos Aires (1,7 kg diarios); por ejemplo, en Canadá, España y la zona metropolitana de México, la producción diaria por persona es de alrededor de 1,2 kilogramos, mientras que el promedio nacional de los Estados Unidos llega a 2 kilogramos.
En términos generales, los desechos alimentarios y de poda ocupan la mayor fracción de los residuos sólidos urbanos. Igual que en Buenos Aires, el papel y los plásticos conforman una porción importante del conjunto, si bien es bastante variable entre países. Por ejemplo, los plásticos representan el 19% de los residuos porteños, que son valores intermedios con respecto a lo que ocurre en otras ciudades (ver cuadro 2) .
El tratamiento de los residuos en otras partes del mundo depende de la disponibilidad de espacio, el tamaño y la densidad de la población y de las tecnologías disponibles. De todas formas, las técnicas más difundidas son la incineración y el enterramiento. En Australia y Canadá, prácticamente la totalidad de los residuos se entierra, mientras que en Japón más de la mitad se incinera. Si bien la incineración sigue recibiendo críticas por su efecto contaminante de la atmósfera, en las últimas décadas ha incorporado técnicas de filtrado de las emisiones y recuperación de la energía de la combustión que reducen sus inconvenientes. En muchas ciudades importantes es obligatoria la clasificación en origen: los residuos se disponen de manera separada en el mismo lugar en que se generan. Así, los productos contaminantes (como los desechos electrónicos) y los industrialmente reciclables se depositan en contenedores diferenciados provistos por los municipios y reciben un tratamiento distinto de residuos comunes, fundamentalmente orgánicos.

sábado, 25 de febrero de 2012

Si esto no es Militarización? Que es??

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Doscientos años de historia porteña - Parte II-A- Los residuos sólidos urbanos

fuente faba informa
El Comité de Redacción de Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana ha seleccionado este artículo publicado en CIENCIA HOY - Volumen 20 Número 116 (abril – mayo 2010), para su difusión a través de FABA Informa
María Semmartin, María Laura Amdan, Mariano Fredes, Nadia Mazzeo, Verónica Pierini, Josefina Uijt den Bogaard, Laura Ventura y Jimena Vogrig
Facultad de Agronomía, UBA



La recuperación de materiales: de cirujas a cartoneros 


Las distintas formas de disposición y tratamiento de los residuos a la largo de los últimos doscientos años siempre incluyeron la figura del recuperador de aquellos materiales con valor de mercado. Durante los primeros tiempos, se trataba de personas independientes; más adelante fueron las empresas contratistas. Se recuperaba principalmente vidrio y metal. Cuando en 1860 se comenzó con la quema de basura, la tarea se masificó y quedó en manos de cirujas, que se dedicaban a separar papel, cartón, vidrio, telas, metales, etcétera, del resto de la basura. Se ha sostenido que el nombre, exclusivo del habla porteña, provino del vocablo cirujano, en alusión a una semejanza de la tarea quirúrgica con las operaciones de apertura de envases y extracción de piezas. En 191O, cuando se suprimió la incineración, los cirujas continuaron ejerciendo sus funciones en las calles y en los basurales a cielo abierto, como lo hacían a principios del siglo XIX. Muchos se especializaron, por lo que hubo papeleros, hueseros, traperos, botelleros y otros.
En la actualidad persiste ese circuito de recolección informal, llevado a cabo por los denominados cartoneros, que en su mayoría viven en el cinturón exterior del Gran Buenos Aires y diariamente se trasladan a las zonas centrales para acopiar materiales que luego venden. El considerable desempleo actual en la Argentina y el precio de mercado de papel, cartón, materiales plásticos, vidrio, metales y otros han contribuido a que aproximadamente unas quince mil personas recorran a diario la ciudad con estos propósitos.
La mayoría trabaja en forma independiente y en condiciones de extrema precariedad, por ejemplo, acompañados por sus niños. Pero algunos se han organizado en cooperativas, como El Álamo, El Ceibo, Reciclando Sueños, Recicladores del bajo de Flores, Movimiento de Trabajadores Excluidos y otras, que establecieron vínculos con el gobierno de la ciudad para lograr mejores condiciones de trabajo, por ejemplo, vehículos, vestimenta o lugares más adecuados de labor. Unos dos mil cartoneros quedaron incluidos en esos arreglos: recolectan unas 800 toneladas diarias o aproximadamente el 20% de los residuos de la ciudad, con la consiguiente reducción del volumen destinado al relleno sanitario.

• Humo en la ciudad. En la época en que operaban los incineradores domésticos (a partir de 1908) y municipales (a partir de 1926) y hasta 1976, los habitantes de Buenos Aires vivían en una atmósfera como la que muestra esta imagen. Foto Municipalidad de Buenos Aires, ca. 1950, AGN

viernes, 24 de febrero de 2012

Los residuos sólidos urbanos-Parte I-B-

¿Cómo se manejaron los residuos de Buenos Aires? 

Desde la Revolución de Mayo hasta nuestros días la disposición y el tratamiento de los residuos domiciliarios se fue modificando al ritmo del crecimiento de la ciudad y del cambio de las tecnologías. En términos generales, hubo alternancia entre depositarlos en sitios más o menos alejados y distintas versiones de incineración o de entierro. Su manejo estuvo en manos de la propia administración pública o de contratistas privados en proporciones que variaron con el tiempo, si bien siempre implicó un significativo gasto público. Hoy en día, éste asciende a más del 10% del presupuesto total de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los cambios en estos manejos fueron por lo común graduales y sus características hacen posible identificar distintos períodos (ver cuadro 1 que se publicará en la Parte II).
En el primero de esos períodos, entre fines del siglo XVII y alrededor de 1860, existía un sistema de recolección restringido a la zona céntrica de la ciudad donde un empleado del municipio entraba cada mañana en los zaguanes de las viviendas para retirar desechos por lo general depositados en recipientes de hojalata. Los cargaba en un carro tirado por caballos y los arrojaba en alguno de los ¨huecos¨ dispuestos para tal fin. El sistema era bastante deficiente, igual que otros que se propusieron a lo largo de esos años. Las crónicas de época documentan cómo una parte de lo recolectado terminaba en las calles debido al traqueteo del carro por el precario empedrado. Un conjunto de normas establecía los sitios de disposición final y fijaba multas a quienes las violaran.

Los huecos eran depósitos de basura autorizados en tiempos hispánicos por el Cabildo. Solían estar en terrenos bajos y la única medida de manejo adoptada para ellos era construir un muro perimetral que los ocultara, es decir, una mejora visual que sólo disminuía en forma ínfima el olor a putrefacción que nunca se pudo eliminar. Muchos de esos huecos son actuales plazas, como las Lavalle y Vicente López, respectivamente, los huecos de Zamudio y las Cabecitas. El segundo debió su nombre a que allí se depositaban las cabezas de corderos sacrificados en el matadero del norte, ubicado en el cruce de las actuales avenidas Las Heras y Pueyrredón. Hasta un terreno contiguo a la actual Plaza de Mayo tuvo por un tiempo esa indigna función: el hueco de las Ánimas que había sido el primer cementerio de Buenos Aires (figura 4).

Las viviendas también eran sitios de disposición, pues en sus fondos se cavaban pozos en los se quemaban o simplemente enterraban los desperdicios, y estos también tendían a aparecer sin más en los terrenos baldíos. No cuesta entender que el sistema creaba riesgos sanitarios no menores en una ciudad que padeció serias epidemias, como las de fiebre amarilla y cólera.

1. Basurero nocturno. Recolección de residuos por un empleado municipal que vaciaba los contenedores de hojalata usados por los vecinos en otros de mayor tamaño, los cuales volcaba en el carro para llevarlos a platan o usinas incineradoras, ca.1920.
2. Carros descargando basura en el horno de una usina incineradora municipal, ca. 1920
3. Quema de basura en la usina de Nueva Pompeya
4. Quema de basura en la usina de Chacarita
5. Evolución de los vehículos de recolección de residuos


A partir se 1861 se puede reconocer un segundo período, caracterizado por cierto ordenamiento urbano: los huecos se trasladaron progresivamente hacia el sur mientras la población gravitaba hacia el norte. También, el servicio de recolección y disposición de los residuos comenzó a realizarse por contratistas privados, que se obligaban a quemarlos luego de haber separado aquellos que tuvieran valor de mercado. El sistema de incineración era precario y tenía lugar en baldíos próximos a la urbanización, lo que despertaba las quejas de los vecinos. Así, en 1871 se inauguró oficialmente un vaciadero municipal a orillas del Riachuelo, entre Barracas y Nueva Pompeya. Un año más tarde se instalaron hornallas a cielo abierto en un sitio que por ello comenzó a ser conocido coloquialmente por la Quema.
Como parte de este ordenamiento, los residuos se recolectaban en cada vez más zonas de la ciudad y se transportaban en carros hasta un vaciadero ubicado en Rivadavia y Loria ( denominaciones actuales). Allí eran cargados en el tren de la basura, un ramal del Ferrocarril del Oeste que partía de la estación Once de Septiembre, la estación central de la línea, y realizaba tres viajes diarios hasta la Quema con un doble propósito: además de llevar los residuos, transportaba carbón en sentido inverso desde el puerto del Riachuelo, para consumo de las locomotoras.
En la Quema se recuperaban los elementos comerciables y la basura restante se distribuía sin más en hornallas abiertas, sin clasificarla en categorías determinadas por la facilidad de incineración. Los gases de su fermentación, los residuos volátiles de la quema irregular y los abundantes humos afectaban a los vecinos de barrios cercanos.

 Chimeneas de la usina de Chacarita, AGN
El comienzo del tercer período acaece hacia 1920, momento en el que las técnicas más avanzadas de tratamiento de residuos consistían en arrojarlos a los ríos, utilizarlos como abono orgánico de cultivos o quemarlos en hornos cerrados. La última opción, practicada en otros países, resultó la más conveniente aquí. A partir de 1908 se incentivó la instalación de incineradores domiciliarios y se construyeron hornos centrales que operaron hasta la inauguración, entre 1926 y 1929, de plantas o usinas incineradoras ubicadas en Chacarita, el bajo de Flores y Nueva Pompeya.
Hacia 1930 esas usinas destruían el 80% de los residuos, mientras el resto se enviaba a los vaciaderos que seguían vigentes. Como parte del manejo de los residuos, las usinas empleaban formalmente a cirujas, para recuperar materiales con valor de mercado. Con las cenizas resultantes de la incineración se rellenaban terrenos bajos de la ciudad. Durante este período aumentó notablemente la contaminación atmosférica con hollín, dióxido de carbono, metano, dioxinas, etcétera, emitidos tanto por las usinas centrales como las domiciliarias. La concentración media de partículas en suspensión se duplicó entre 1967 y 1971 (pasó de 0,12 a 0,24 mg por metro cúbico). El período finalizó en 1976, con la desactivación definitiva de ambos tipos de incineradores.
En 1977 comienza un cuarto período, que se extiende hasta comienzos de la década de 1990. Se caracterizó por el inicio del enterramiento controlado de los residuos en áreas especialmente destinadas a ese propósito, denominadas rellenos sanitarios (ver recuadro que se publicará en la Parte II ¨¿Qué es un relleno sanitario?¨). En 1977 los gobiernos de la provincia de Buenos Aires y de la entonces Capital Federal crearon la empresa Cinturón Ecológico Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE), actualmente en funcionamiento. Ella tomó a su cargo el manejo de la totalidad de los residuos de la Ciudad de Buenos Aires y de municipios aledaños bonaerenses que integran el área metropolitana. El relleno sanitario resultó ambientalmente más seguro y disminuyó las emisiones de gases y hollín a la atmósfera, con lo que ésta se volvió apreciablemente más límpida.
En sus comienzos no incluyó la clasificación de los residuos ni la recuperación de aquellos con potencial de reciclaje, por lo cual la velocidad de saturación de los predios de disposición resultó muy alta, pues una gran proporción de la basura es de muy lenta degradación biológica y permanece casi inalterada por décadas y hasta siglos. La recolección se puso en manos de empresas contratistas, tanto privadas como municipales, responsables de recoger la basura por las calles seis días por semana y llevarla en camiones a una estación de transferencia, desde donde el CEAMSE la transportaba y sigue transportando en camiones de mayor capacidad hasta el relleno sanitario. Si bien el sistema comprendió todos los barrios de la ciudad, en algunos persistieron basurales a cielo abierto, en particular en el sur.
A partir de la década de 1990 se puede identificar un quinto período, que aún transcurre, caracterizado por una mayor atención general a los asuntos ambientales. En el ámbito nacional se creó el Consejo Federal del Medio Ambiente, además de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, ambos orientados a definir políticas para enfrentar los problemas ambientales, entre los que se cuenta el manejo de los residuos domésticos. En 1994, la reforma de la Constitución Nacional incorporó la figura del derecho ambiental.
En concordancia con lo anterior, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ante la que instituciones ecologistas como Greenpeace, Gaia, FARN, Fundación Ciudad y otras realizaron intensos cabildeos, sancionó la ley 1854 de basura cero, vigente desde 2007. La norma constituye un progreso cualitativo en materia de manejo de residuos, pues establece tanto la reducción progresiva de los aprovechables enviados al relleno sanitario, como la separación y recuperación de ese tipo de materiales. Ello, a su vez, va más allá de las prácticas de disposición de los residuos, ya que apunta a corregir hábitos de consumo y a lograr un uso más racional de los recursos naturales (ver recuadro que se publicará en la Parte II ¨Las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar). Entre otras disposiciones, prohíbe incinerar basura sin haber realizado determinado porcentaje de separación de residuos.

jueves, 23 de febrero de 2012

Los residuos sólidos urbanos parte-1-A

Fuente  Faba Informa>Doscientos años de historia porteña - Parte I- A-
El Comité de Redacción de Acta Bioquímica Clínica Latinoamericana ha seleccionado este artículo publicado en CIENCIA HOY - Volumen 20 Número 116 (abril – mayo 2010), para su difusión a través de FABA Informa

 Imagen 1 Casucha en la Quema. Foto de HG Olds, colección Mateo Giordano. 1901
María Semmartin, María Laura Amdan, Mariano Fredes, Nadia Mazzeo , Verónica Pierini, Josefina Uijt den Bogaard, Laura Ventura y Jimena Vogrig
Facultad de Agronomía, UBA
Una sintética descripción de las características más salientes de la generación y el manejo de los residuos domiciliarios de Buenos Aires desde la Revolución de Mayo hasta el presente. ¿Qué sucede en otras ciudades? ¿Cuáles son los principales desafíos que presenta el manejo de los residuos en la actualidad y qué soluciones hay para enfrentarlos?
El manejo de los residuos domésticos ha representado un reto para la humanidad desde los comienzos de la vida sedentaria de nuestra especie. Con variantes en su magnitud y tipo, las necesidades de alimentación, vestimenta, protección y entretenimiento de egipcios, griegos, aztecas, incas o chinos han estado asociadas con la generación de residuos, lo mismo que ocurre en los tiempos presentes.
En el caso particular de Buenos Aires, en la época colonial, cuando la ciudad se reducía a unos pocos cientos de viviendas que albergaban un escaso millar de habitantes, la acumulación de residuos domésticos constituía un problema mayor. Los documentos de época revelan los repetidos y frustrados intentos de las autoridades por ordenar su disposición y procesamiento, intentos que no parecen haber sido muy distintos de los que hacen los gobiernos actuales. Sólo cambiaron algunos ingredientes de la situación: las molestias que ocasionaban a los vecinos los animales muertos y en descomposición, diseminados en cualquier zanja junto con desechos de cocina o residuos patógenos de enfermos, se transformaron con el correr de los siglos en el contenido de bolsas plásticas, frecuentemente rotas, con residuos malolientes desparramados por todas partes. Las heces de caballos son ahora heces de perros, y los cirujas devinieron cartoneros, pero el problema es, esencialmente, el mismo.
Una mirada a lo largo de doscientos años de historia sugiere que las autoridades enfrentaban por lo menos tres obstáculos, que siguen vigentes: la indiferencia de los ciudadanos, las dificultades para encontrar técnicas apropiadas de manejo de los residuos y la necesidad de invertir una porción significativa del dinero de los impuestos para resolver la cuestión. El manejo de residuos no sólo tiene una dimensión tecnológica; también implica, ineludiblemente, un intenso y paciente trabajo de educación y la instalación de ciertos valores en las conductas de los ciudadanos.
¿Cuántos y cómo son los residuos de los porteños? 

Si bien la cantidad de residuos domésticos diarios desechados por persona ha crecido moderadamente durante los últimos doscientos años (de 1,1 kg en 1890 a 1,7 kg en la actualidad), la generación total se ha multiplicado, conforme aumentaba la población de la ciudad (figura 1). Las primeras evaluaciones sobre la cantidad de residuos generados en Buenos Aires datan de 1872, cuando se producían unas 73 mil toneladas por año, que crecieron hasta alcanzar más de 600 mil toneladas hacia 1930. Ese incremento acompañó el fuerte aumento poblacional producido, sobre todo, por la persistente llegada de inmigrantes europeos. (ver imagen 1)

 Figura 1. Generación de residuos sólidos en la Ciudad de Buenos Aires desde 1872 hasta el presente comparada con el crecimiento poblacional de la urbe. Fuentes: Prignano 1998 (lectura sugerida), Fundación Metropolitana, Dirección General de Estadística Municipal de la Ciudad de Buenos Aires e INDEC.

Desde mediados del siglo XX, si bien la población de la Capital Federal se mantuvo relativamente estable en unos tres millones de habitantes, la generación de residuos continuó en ascenso, hasta alcanzar 1,8 millones de toneladas anuales en estos tiempos. Lo último sugiere un incremento de la cantidad de residuos por habitante, un aumento del número de personas que trabajan y producen residuos en la ciudad pero no viven en ella (son hoy unos 1,5 millones) o, lo más probable, una combinación de ambos fenómenos. En una escala temporal más pequeña, es posible advertir que la cantidad de residuos guarda estrecha relación con la actividad económica, como lo revela la comparación de residuos y producto bruto interno entre la década de 1980 y principios del siglo XXI (figura 2)


 Figura 2. Evolución de los residuos sólidos generados por la Ciudad de Buenos Aires durante el período 1980-2008 comparada con la del PBI del país en el mismo período. Expresado en pesos constantes de 1993. Fuentes: CEAMSE e lNDEC
A su vez, la composición de los residuos varió notablemente durante estos doscientos años. A fines del siglo XIX, unas tres cuartas partes de ellos eran restos vegetales y animales, cenizas y polvo del barrido de las casas; éste era abundante en tiempos en que buena parte de la ciudad tenía sus calles sin asfaltar. El resto lo componían latas, vidrios, telas, cuero, loza y cascotes. El estiércol también era un componente importante de los residuos, y si bien una resolución municipal obligaba a los vecinos a sacarlo por la noche o por la mañana temprano, muchos lo entregaban a quinteros para abono de cultivos.
Aun analizando un período más acotado, como los últimos treinta años, es posible advertir cambios importantes en la composición de los residuos
(figura 3). La proporción de plásticos, papeles y cartones aumentó en detrimento de la de desechos alimentarios, lo cual refleja la evolución de los hábitos. Es razonable suponer que buena parte de esos cambios se debe a que las personas pasan más tiempo fuera del hogar y consumen comidas rápidas o las reciben en sus casas por los difundidos sistemas de reparto a domicilio de alimentos preparados, precocidos o congelados, todo lo cual implica mayor utilización de envoltorios, bandejas, platos y cubiertos descartables.



En el mismo sentido, las compras diarias de víveres de otrora han desaparecido en beneficio de una única compra semanal, por lo general en un supermercado, con la que las bolsas de feria fueron reemplazadas por el uso masivo de bolsas descartables de polietileno (cuyo uso ha sido objeto de discusión y nueva legislación en los últimos tiempos). Otro ejemplo que explica en buena medida el aumento relativo de los desechos plásticos es el reemplazo masivo de envases de vidrio de agua y bebidas sin alcohol por envases plásticos no retornables que tuvo lugar a comienzos de la década de 1980. El plástico de estos nuevos envases, politereftalato de etileno (PET), representa en la actualidad aproximadamente el 20% de los desechos plásticos de la ciudad, con casi 70 mil toneladas por año.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Después nos hablan del tren bala?

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Argentina alcanzó en 2011 nuevo récord de donación de organos

>(Publicación tomada de faba informa)
Varias provincias superaron la media nacional de donantes por millón de habitantes. Tucumán, San Juan y Misiones fueron las que más incrementaron la generación de donantes

Durante el año 2011 hubo en total 604 donantes reales que permitieron que 1.376 personas reciban un trasplante de órganos, cifras que representan un récord histórico a nivel local, según estadísticas del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). Además, el organismo dependiente del Ministerio de Salud de la Nación informó que, con estos indicadores, Argentina alcanzó una tasa de 15,1 donantes por millón de habitantes, lo que la posiciona a la vanguardia en la región en materia de donación.
“Cuánto más crecen los trasplantes y los donantes reales, más grande es nuestro compromiso con la temática, porque el desafío sanitario es achicar todos los días la lista de espera de los pacientes que necesitan un órgano para mejorar su calidad de vida o directamente salvarla”, dijo el ministro de Salud, Juan Manzur. “Nuestra experiencia es reconocida por especialistas de todo el mundo, y ese aval ha hecho que podamos compartirla solidariamente con países hermanos como Uruguay y Paraguay para darles una mano en el desarrollo de sus políticas de trasplantes”, dijo el funcionario.
“Los logros alcanzados por nuestro país en materia de procuración de órganos nos llenan de orgullo”, manifestó Carlos Soratti, titular del INCUCAI, quien remarcó que “la sociedad viene apoyando fuertemente la donación de órganos, lo que representa un desafío para que el sistema sanitario redoble sus esfuerzos para responder a la demanda de quienes necesitan un trasplante”.
Del total de trasplantes realizados durante el año pasado, 901 fueron renales –65 de ellos renopancreáticos–, 321 hepáticos, 101 cardíacos, 25 pulmonares, 9 pancreáticos, 4 intestinales y 15 trasplantes combinados. También se concretaron 931 trasplantes de córneas y se realizaron 68 trasplantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) con donante no emparentado, obtenidas a través del Registro Nacional de CPH del INCUCAI.Los 1.376 trasplantes realizados en el transcurso del año pasado con órganos provenientes de donantes cadavéricos permitieron que Argentina alcance una tasa de 15,1 donantes por millón de habitantes, mientras que en 2010 la tasa había sido de 14,5 PMH. En 2011 además se concretaron 218 trasplantes renales y 31 trasplantes hepáticos con órganos provenientes de donantes vivos. En el balance del pasado año varias provincias superaron la media nacional de donantes por millón de habitantes, las jurisdicciones que se ubicaron por sobre la media nacional fueron Buenos Aires, Corrientes, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Formosa, Entre Ríos, Mendoza, Chaco, San Juan y Misiones. Estas dos últimas, junto con Tucumán, fueron las provincias que mayor incremento de la actividad generadora de donante han mostrado en el último año.
Estos logros son el resultado de la aplicación de políticas concretas y sostenidas, entre las que se destaca el Plan de Desarrollo de Trasplante Renal, implementado por el Ministerio de Salud de la Nación con el aval de las carteras sanitarias provinciales, que tiene como objetivos primordiales facilitar el acceso a la lista de espera e incrementar la disponibilidad de órganos para trasplante, lo que ha permitido que se elaboren planes de acción en cada una de las distintas jurisdicciones del país, generando compromisos de gestión en cada una de ellas.
En reconocimiento al continuo crecimiento de la actividad de procuración y trasplante, en 2011 Argentina fue elegida por la International Society for Organ Donation and Procurement (ISODP) como sede del Congreso Mundial de Donación de Órganos 2011. El evento –organizado por la cartera sanitaria nacional, a través del INCUCAI y por la Asociación Argentina de Procuración de Órganos y Tejidos para Trasplante (AAPROTT) – reunió en Buenos Aires a cerca de 1000 participantes de 63 países.
Fuente: Prensa Incucai

martes, 21 de febrero de 2012

Misión Acuario

Foto Fuente pagina ofical de la Nasa
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Acuario Rinde primer mapa global de la NASA de la Salinidad de los Océanos

Fuente Foto pagina oficial de la Nasa
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BIOSEGA de FBA publicó un resumen de noticias ambientales

>fuente faba informa
El equipo técnico del Área Ambiental del programa BIOSEGA de la Fundación Bioquímica Argentina elaboró un informe que compila recientes publicaciones de relevancia ambiental. En esta edición de FABA-INFORMA se reproduce uno de ellos

La publicación creada por el BIOSEGA presenta resúmenes de artículos originales de importancia ambiental. En el documento aparecen las citas a los trabajos completos para que quienes estén interesados puedan profundizar en los temas tratados.
1 - Introducción a la Contaminación por Mercurio para las ONG Por Jack Weinberg
2 - La evaluación paneuropea se pregunta: ¿Qué sabemos del agua y la economía verde? Agencia Europea del Medio Ambiente
3 - Semana Europea de la Prevención de Residuos
4 - Preocupación ante el cambio climático en Centroamérica REPORTE TECNICO 2011 - CEPAL
5 - Control de la calidad del aire por parte de la ciudadanía de Sheffield
Aquí se reproduce uno de ellos

Introducción a la Contaminación por Mercurio para las ONG

Por Jack Weinberg
Asesor Experto en Política Pública
Red Internacional de Eliminación de los Contaminantes Orgánicos Persistentes (IPEN
)
El texto completo está disponible en http://www.ipen.org/hgfree/#booklet

Resumen
El mercurio es un contaminante mundial. Cuando el mercurio es liberado en el medio ambiente, se evapora, viaja con las corrientes de aire y luego cae nuevamente a la tierra, algunas veces cerca de la fuente original y otras veces muy lejos. Cuando el mercurio entra en el medio ambiente acuático, los microorganismos pueden transformarlo en metilmercurio, un compuesto de mercurio que es más tóxico a dosis bajas que el mercurio elemental.
El conocimiento científico sobre los daños a la salud humana y al medio ambiente causados por la exposición al mercurio ha ido aumentando con los años y muchos gobiernos ya han tomado algunas medidas para controlar –dentro de sus jurisdicciones—las actividades industriales y otras actividades humanas que liberan mercurio en el medio ambiente.
Sin embargo, debido a que el mercurio es un contaminante mundial, ningún gobierno que actúe por sí solo puede proteger a su pueblo y su medio ambiente de los daños causados por esta contaminación.
Reconociendo esto, los gobiernos acordaron en 2009 iniciar negociaciones intergubernamentales con la intención de preparar un convenio mundial, jurídicamente vinculante, de control del mercurio. La primera reunión del Comité Intergubernamental de Negociación para preparar un Instrumento mundial jurídicamente vinculante sobre el mercurio tuvo lugar en Estocolmo, Suecia, en junio de 2010. El objetivo de estas negociaciones es llegar a un acuerdo sobre el texto final, a tiempo para adoptar un nuevo convenio mundial sobre el mercurio durante una conferencia diplomática que se llevará a efecto en 2013.
Se ha calculado que aproximadamente un tercio del mercurio que circula en el medio ambiente mundial se produce en forma natural, y que aproximadamente dos tercios fueron liberados originalmente en el medio ambiente como resultado de la actividad industrial y otras actividades humanas.
La exposición ocupacional al mercurio no es solo un problema del pasado. Sigue siendo un problema actual para los trabajadores de muchas industrias, como la minería de mercurio; la producción y la fabricación de termómetros, lámparas fluorescentes, baterías y otros productos que contienen mercurio; la extracción y refinación de oro, plata, plomo, cobre y níquel; y el campo de la odontología.
La enfermedad de Minamata es un padecimiento grave y a menudo mortal, causado por la exposición a altos niveles de metilmercurio. Se asocia con puntos álgidos de contaminación aguda por mercurio causada por ciertos procesos industriales y por residuos contaminados con mercurio. Sin embargo, la contaminación por mercurio también puede causar daño a la salud humana y el medio ambiente en lugares alejados de fuentes industriales u otras fuentes locales de mercurio. En todas las regiones del mundo, los peces y mariscos de estanques, arroyos, ríos, lagos y océanos generalmente están contaminados con metilmercurio en concentraciones que pueden causar déficits de salud significativos a las personas que los consumen, especialmente a las personas que dependen del pescado y los mariscos como fuente importante de proteínas.
En hospitales y centros de atención de salud se han usado durante muchísimo tiempo instrumentos que contienen mercurio. Entre ellos están los termómetros para medir la fiebre, los instrumentos para medir la presión sanguínea (esfigmomanómetros) y los dilatadores esofágicos.
La red internacional de Salud sin Daño (SSD ó HCWH por su sigla en inglés) es una ONG que tiene un rol destacado en muchos de estos esfuerzos. Junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), SSD encabeza una iniciativa mundial para conseguir la eliminación virtual de los termómetros y esfigmomanómetros a base de mercurio y sustituirlos por alternativas de precisión y económicamente viables hacia el año 2020.
En 2007, el Parlamento Europeo aprobó leyes que prohibirán la venta en la Unión Europea de nuevos termómetros de mercurio para la fiebre y restringirán además la venta de otros instrumentos de medición que contengan mercurio. Varios países europeos, entre ellos Suecia, Holanda y Dinamarca, ya prohibieron el uso de termómetros, instrumentos de medición de la presión sanguínea y una variedad de otros equipos que usan mercurio.
Como estrategia de largo plazo, la OMS apoya acciones encaminadas a la prohibición del uso de instrumentos médicos que contengan mercurio y a su reemplazo por alternativas eficaces, libres de mercurio, en todos los países. A corto plazo, la OMS incentiva a los países que tienen acceso a alternativas asequibles a desarrollar y poner en práctica planes para reducir el uso de equipos de mercurio y reemplazarlos por alternativas.
En febrero de 2009, el Consejo de Administración (CA) del PNUMA se reunió en Nairobi, Kenia, con los representantes de 150 gobiernos y acordó establecer un comité intergubernamental para negociar los términos de un convenio mundial jurídicamente vinculante para controlar el mercurio. El CA acordó además que las negociaciones intergubernamentales sobre el texto del convenio deberían comenzar en 2010, con la meta de completar las negociaciones y adoptar el convenio en una Conferencia Diplomática que se realizaría en 2013.
El PNUMA preparó el informe ?Evaluación Global sobre el Mercurio ?, publicado en diciembre de 2002.
Entre los hallazgos fundamentales del informe están los siguientes:
• El mercurio tiene una presencia generalizada en el medio ambiente.
• El mercurio es persistente y sus ciclos tienen alcance mundial.
• La exposición al mercurio tiene efectos graves.
• Las intervenciones para controlar la contaminación por mercurio pueden ser exitosas.
• Se necesitan medidas de alcance mundial porque las medidas locales y regionales, por sí solas, no son suficientes.
• El mercurio puede ser un problema especialmente importante en las regiones menos desarrolladas.
Debería ser posible lograr un acuerdo internacional sobre un convenio mundial amplio, firme y eficaz de control del mercurio a tiempo para tener un texto final acordado hacia 2013, como se estipula en la decisión del Consejo Administrativo del PNUMA. Para Para que esto suceda, sin embargo, las ONG y otras organizaciones de la sociedad civil deben desempeñar un papel decisivo.
El texto completo está disponible en: www.ipen.org/hgfree/#booklet